domingo, 26 de febrero de 2012

·Capitulo 01


Y otra vez, otra vez en el mismo sitio, el sitio en el que siempre solia ir cada tantos meses. Otra vez en un puto juicio.
El desgraciado de mierda se acostaba con mi niña, con mi pequeña, con mi princesa, joder se acostaba con Jazzy. No lo pude soportar, tube que hacerlo, fue demasiada rabia, saber que una niña de 15 años se estaba acostando con un tio de 24 pues no era lo que más necesitaba saber en ese momento. 
Y ahora mi vida es así, bueno la mía, la de Chaz y la de Ryan, ellos dijeron que yo en esta mierda no me metería solo, ellos irían conmigo. Mi vida solo es es pelea y más pelea, solo veo a mi padre y a mi hermano para comer y cenar nada más, y a Jazzy ya ni si quiera la veo. Cuando pasó aquello, dejo de hablarme, de mirarme, incluso se fue de casa, ya todo era distinto, esas relaciones de hermanos que normalmente nunca se suelen ver, desaparecieron, ella y yo nos llevabamos genial, nunca nos  habíamos peleado por nada, era todo perfecto entre ella y yo, pero ya nada es lo mismo.
Y ahora intento salir a toda hostia de aquel sitio, mientras que mi padre y mi abogado me intenta explicar algo que ni siquiera intento escuchar. En un semáforo saco mi móvil de el bolsillo y marco el número de Ryan.
-Yo: Hey tío, ¿Dónde te has metido?
-Ryan: En mi casa, ven que Chaz viene de camino.
-Yo: Vale, en 5 minutos estoy ahí.
Y sin darle tiempo a hablar colgué, lo volví a guardar y aceleré a toda hostia. 
Dos manzanas antes de llegar a casa de Ryan, me pilla otro semáforo, en ese momento pasan dos chicas, una me llama más la atención que la otra, es guapa, quizás demasiado guapa, la otra creo que solo valdría para tirarmela una vez, nada más.
Y ahora estoy embobado mirando como desaparece por la esquina sin darme cuenta de que el semáforo esta en verde, que hay coches que no paran de pitarme para que me mueba, que otros simplemente me estan insultando, que por la cera está pasando una pareja de ancianos completamente feliz, que detrás de ellos va una mujer con su hijo pequeño el cual come una bolsita de gusasitos, pero hay algo que hace que vuelva al mundo, justamente por el mismo sitio que se fueron esas dos chicas, acaba de doblar la esquina aquel infeliz, aquel que lo único que está haciendo es joderme la vida desde hace un par de meses, tan tranquilo, fingiendo ser la persona más feliz del mundo, se para en el pase de zebra esperando a que se pusiera en rojo, y justo en este momento clava su mirada en mi, su mirada se convierte en una expresión de terror, angustia... En este momento me están estrando ganas de bajar de la moto, meterle hostias hasta dejarlo medio muerto y luego rematarle, pero no puedo, le prometí a mi padre que no lo haría, y aunque se que en otro momento lo haré ahora no puedo, acabo de salir de un juicio por culpa del infeliz este, si le hago algo otra vez, volverá a jugarmela, como a echo desde ese día. Acelero sin más, sin importarme una mierda la gente de mi alrededor, puedo oír como unas ancianas me insultan, como chicos que pasan por la calle me mandan a tomar por culo, pero no puedo frenar, es demasiada rabia y se que si lo hago acabaría matando a alguno de todos esos. Ahora mismo puedo asegurar que voy a mas de 320 km/h. Sin acordarme de Ryan voy al mismo sitio de siempre. A la playa. Mi lugar, mi universo. El sitio en el que siempre se puede estar tranquilo, en el que nadie vendrá a molestar, el único sitio de paz y tranquilidad en esta cuidad. 
Nada más entrar voy corriendo, como si me persiguieran con una pistola para matarme, a el río. Quiero sentarme, pensar, estar solo. Necesito respirar aire limpio, aire que me recuerde a Canadá. A mi madre, a mis abuelos, a todo... Necesito tranquilidad. Pero eso dura poco cuando de repente suena mi móvil. Un mensaje. Es Ryan, lo sé, nadie tiene tanta facilidad de joder mis momentos de tranquilad que él. "Tío ven ya que te estamos esperando, vamos a ir a una discoteca que hay en centro. Date prisa" Lo que menos quiero ahora es irme de fiesta, olvidar lo que pasó hace menos de 30 minutos, no puedo no tendría valor a sonreír, ni si quiera forzadamente. "Ir sin mi, no puedo tengo que quedarme con mi padre" Fue la única escusa que se me ocurrió. No volvi a recibir más respuesta de él, supongo que estarán ya allí, o de camino.
Ahora estoy sentado en una roca mirar como el agua se "mueve" por causa de los peces, pensando en todo, en todo lo que me está pasando, en como mi vida cambio de un momento a otro. Siento como mis ojos se empiezan a inundar de agua, y en este momento recuerdo la frase que mamá siempre me decía, "Cuando te sientas solo, vete a un lugar tranquilo, en el que estes solo, espera a que sea de noche, y mira el cielo, busca tu estrella y habla con ella, ella siempre estará contigo, vallas donde vallas, y desahogate, llora, llora para desahogarte es lo mejor que puedes hacer" Y ahora lloro más, la echo de menos, la añoro tanto, necesito volver a verla, necesito sus abrazos, sus besos, sus consejos, la necesito...

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